25/1/12

Breve reflexión nocturna sobre la traducción literaria


Soy traductora, estudié traducción, después un doctorado en traducción literaria y cada vez que veo un artículo de prensa sobre traducción me ilusiono mucho. Nunca me aburro traduciendo ni hablando de traducción. Creo que mi pasión por este campo de trabajo es algo vocacional o patológico, según como se mire, o igual es que a todos los traductores les pasa y yo sin enterarme.

Justo después de las fiestas navideñas Presència, la revista de actualidad catalana del Avui, dedicó su dossier a los traductores literarios de este país. Fue una lectura agradable que también me volvió a conectar con el mundo universitario, ya que varios de los traductores entrevistados son profesores de la UAB donde estudié.

Siendo la traducción, y sobre todo la literaria, una actividad tan subjetiva, siempre se deja la palabra a los traductores para que cada uno explique su experiencia personal, lo que siente al desarrollar su trabajo. Esta parte sentimental siempre me ha llamado la atención, el hecho de que se pueda hablar de sensaciones de una forma poética en referencia a una ocupación, de ese diálogo (silencioso) que los traductores establecen consigo mismos, con el autor y la obra que están traduciendo, el contacto físico con las hojas del texto, la relación entre las palabras ajenas y las propias.

Normalmente a los traductores literarios se les pregunta sobre cómo traducen el ritmo de un texto, cómo trasladan una determinada ambientación o período histórico, cómo solucionan rimas, juegos de palabras o localismos.

Los traductores, dice Anna Casassas, son inteligentes, tienen don de lenguas y una gran cultura. Son flexibles, curiosos, disfrutan de la soledad (por lo menos en el trabajo) y son generalmente mal pagados, reconocen casi todos.

Sí, podría corroborar fácilmente todo esto junto con muchas otras reflexiones que se me ocurren. Por ejemplo, sacaría mi tesis doctoral y os explicaría algo sobre autotraducción pero ya se ha hecho tarde y mañana hay que seguir traduciendo. Aquí sola en casa, en pijama hasta las 17 y acompañada por buena música.

Os dejo con este dossier en el que podéis leer unos cuantos testimonios de traductores catalanes ilustres.

¡Buena lectura y buena reflexión!

1 comentario:

Traductor Google dijo...

Muchas gracias por el tiempo dedicado a la reflexion y redacción del artículo.