30/8/11

El conocimiento de la realidad

Hace algunos años conocí a Jordi, un joven becario estudiante de matemáticas, locuaz y curioso. Mis amigos le definían friki, como ese tipo de personas que suelen atraerme y que suelen fijarse en mí.

Con Jordi teníamos conversaciones apasionadas sobre el arte y la vida. Él me hizo ver las matemáticas con otros ojos, a mí, a quien nunca les había prestado atención por ser “de letras”. Jordi me hizo comprender que los números se parecen a las palabras y que también pueden ser divertidos.

Ya no tengo contacto con él, creo que se fue a Alemania a investigar, pero todavía conservo algunos mails con sus interesantes reflexiones. Este me gusta especialmente y quiero compartirlo con vosotros.


El conocimiento de la realidad

La ciencia es solo una forma sofisticada de sentido común, del mismo modo que los cocineros de la guía Michelín solo hacen una versión sofisticada de lo que todas las madres hacen a diario.

¿Se puede calcular la probabilidad de sacar 1 en un dado en el que todas las caras tienen marcado un 1? La respuesta es un Sí rotundo: la probabilidad es 1. Análogamente, ¿de cuántas formas diferentes se pueden sacar 4 cartas indistintas de una baraja? Solo una. 4 cartas con los dorsos arriba solo pueden repartirse de un único modo, pues todas son indistinguibles por detrás.

Del mismo modo, en la matrícula de un coche aparecen 4 cifras que configuran un número con una probabilidad de 0,0001. Siendo así, a la mayoría de la gente le satisface mucho más ver uno con matrícula 0000 que uno con la matrícula 9173. Cierto es que pocas veces se ven cuatro ceros seguidos, las mismas veces que se ve un 9 seguido de un 1 seguido de un 7 seguido de un 3. Sin embargo, mucha gente agrupará el 9173 con el 9713, e incluso con cualquier número de 4 cifras distintas PQRS, mientras que resaltará una repetición de una misma cifra TTTT.

Se puede entender esta distribución de números como una coloración arbitraria (azarosa). Cada una de ellas es equiprobable, pero la atención humana se decantará por unas coloraciones preferentes. ¿Qué guía nuestra preferencia? Pues todo tipo de condicionantes, como por ejemplo: las capacidades mnemónicas, o reacciones emocionales por afinidad, o un cierto interés utilitario, o una obsesión enfermiza, o una simple equivocación, o incluso el aburrimiento…

¿Acaso nuestro trato de la ciencia presenta una mayor objetividad? Ten por seguro que no. La presentación científico-matemática de los hechos naturales nos ofrece una gran ventaja mnemotécnica frente a la vieja recopilación de mitos aislados. Pero solo buscamos explicar lo que nos interesa explicar por habernos topado de frente con ello, por no poder ignorarlo, por no poder fingir que no existe. Así, nuestra ciencia no da cuenta de la realidad, sino de lo que nos interesa de la realidad (entiendo aquí ciencia en su sentido más amplio de conocimiento, incluyendo explicaciones contradictorias entre sí).

La alta disparidad de experiencias personales y la memoria colectiva en forma impresa nos ha empujado a una complejidad creciente de las explicaciones. Como consecuencia, se produce una escisión social entre una minoría sobredocumentada y una mayoría que se ha perdido por el camino. Esta mayoría, las más de las veces, repite los errores viejos en un intento naive de comprender la realidad a partir de sus limitadas posibilidades y sus idénticas capacidades.

Del mismo modo que los errores gramaticales, ortográficos, sintácticos, léxicos... nos permiten conocer el modo en como opera la habilidad lingüística humana independientemente de cualquier código fosilizado, los errores de inferencia lógica nos permiten conocer el modo en como nos acercamos al mundo, no nuestra inteligencia.

Mi postura viene a ser que las 'Leyes de la naturaleza' no existen en la naturaleza, sino en el discurso humano. La realidad carece de leyes, no requiere normas para existir. Las leyes, teorías y demás construcciones son una herramienta humana para poder ordenar la realidad, igual que las palomas de Skinner desarrollan sus supersticiones en los experimentos descritos por Dawkins.

Jordi


22/8/11

Vendedores ambulantes de palabras

Os invitamos a que veáis una lección magistral de traducción literaria

Un escritor es un inventor de lenguas
Traduzco la música de las palabras, el ritmo de un texto


3/8/11

Google Translator y sus gracias

¡Buenos días! :-)

Aunque a los traductores no nos guste nada Google Translator (nos estremecemos de horror... ¿quizá por que nos imaginamos que se avecina el fin?), hemos de reconocer que podemos darle un buen uso. ¡Dentro vídeo!